La contaminación del agua es conocida desde la antigüedad. En Roma eran frecuentes los envenenamientos provocados por el plomo de las tuberías que transportaban el agua a las casas. En las ciudades medievales era habitual que las aguas permanecieran sucias y pestilentes que provocaban serios y extendidos problemas de salud que se fueron agravando cada vez más. En la actualidad es muy alarmante la pérdida de agua por consecuencia de la contaminación.
Los primeros en contaminar las aguas son los pesticidas, llevados hasta los ríos por la lluvia y la erosión del suelo, cuyo polvo vuela hacia los ríos o el mar y los contamina. Si bien las naciones industrializadas han tenido bastante éxito en el control de la contaminación proveniente de industrias, La situación es muy distinta en los países en desarrollo, donde la contaminación de las industrias ha subido notablemente. A la basura producida por el hombre y los escapes de contaminantes industriales, hay que añadir los tóxicos fabriles echados a los ríos y la polución de los cientos de alcantarillas esas son unas de las principales formas de contaminar el agua.
Las industrias pueden producir el ingreso de las aguas de sustancias altamente tóxicas como el cobre, cinc, plomo, mercurio, entre otras. Estos metales suelen ser acumulativos, la ingesta repetida de pequeñas cantidades determina al cabo del tiempo altas concentraciones de metales en los tejidos de los organismos. Estas aguas contaminadas suelen terminar en el mar y gran cantidad de peces de consumo humano se convierten a su vez en agentes tóxicos que deterioran el sistema digestivo.
El mercurio es particularmente temido por su elevada toxicidad de alguno de sus derivados que además, debido a su escasa biodegradabilidad se concentra en los seres vivos. El mercurio vertido en forma orgánica o mineral, se convierte en metilmercurio muy poco biodegradable, muy tóxico y se concentra muy rápido en las cadenas alimenticias.
Usar el agua de manera más eficiente reduciendo el derroche es obviamente el camino para evitar un grave daño.
La contaminación de las aguas de superficie provenientes de las aguas residuales industriales y de aguas negras sin tratar es una de las causas principales de daños a la propiedad, pérdidas de espacios para recreación y daños ecológicos alrededor de las principales áreas urbanas y de varios lagos interiores. Miles de empresas vuelcan a diario y desde hace años sus residuos tóxicos o no tóxicos, sólidos o líquidos, sin ningún tipo de tratamiento o con tratamiento insuficiente. Las industrias farmacéuticas, químicas y petroquímicas aportan el 30% de la contaminación, la industria de las bebidas alcohólicas y curtiembres el 3 de la contaminación.
Los primeros en contaminar las aguas son los pesticidas, llevados hasta los ríos por la lluvia y la erosión del suelo, cuyo polvo vuela hacia los ríos o el mar y los contamina. Si bien las naciones industrializadas han tenido bastante éxito en el control de la contaminación proveniente de industrias, La situación es muy distinta en los países en desarrollo, donde la contaminación de las industrias ha subido notablemente. A la basura producida por el hombre y los escapes de contaminantes industriales, hay que añadir los tóxicos fabriles echados a los ríos y la polución de los cientos de alcantarillas esas son unas de las principales formas de contaminar el agua.
Las industrias pueden producir el ingreso de las aguas de sustancias altamente tóxicas como el cobre, cinc, plomo, mercurio, entre otras. Estos metales suelen ser acumulativos, la ingesta repetida de pequeñas cantidades determina al cabo del tiempo altas concentraciones de metales en los tejidos de los organismos. Estas aguas contaminadas suelen terminar en el mar y gran cantidad de peces de consumo humano se convierten a su vez en agentes tóxicos que deterioran el sistema digestivo.
El mercurio es particularmente temido por su elevada toxicidad de alguno de sus derivados que además, debido a su escasa biodegradabilidad se concentra en los seres vivos. El mercurio vertido en forma orgánica o mineral, se convierte en metilmercurio muy poco biodegradable, muy tóxico y se concentra muy rápido en las cadenas alimenticias.
Usar el agua de manera más eficiente reduciendo el derroche es obviamente el camino para evitar un grave daño.
La contaminación de las aguas de superficie provenientes de las aguas residuales industriales y de aguas negras sin tratar es una de las causas principales de daños a la propiedad, pérdidas de espacios para recreación y daños ecológicos alrededor de las principales áreas urbanas y de varios lagos interiores. Miles de empresas vuelcan a diario y desde hace años sus residuos tóxicos o no tóxicos, sólidos o líquidos, sin ningún tipo de tratamiento o con tratamiento insuficiente. Las industrias farmacéuticas, químicas y petroquímicas aportan el 30% de la contaminación, la industria de las bebidas alcohólicas y curtiembres el 3 de la contaminación.
Todos sabemos que el agua es un elemento y una de las necesidades más importantes para los seres humanos; sin embargo, continuamos contaminándola y desperdiciándola sin ningún tipo de control.
Sin embargo, donde hay vida siempre hay esperanzas...y podemos encontrar soluciones para controlar este terrible mal o sino nos veremos en la penosa obligación de terminar sin una gota de agua.
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